El club de mi barrio /

Las fundaciones de clubes parroquiales en los barrios más vulnerables buscan acompañar y cuidar la “mucha” Vida de tantos niños y jóvenes que viven en estos barrios expuestos a la marginalidad. Un concepto clave orienta cada una de las decisiones y prácticas: la prevención, anticiparse. Llegar a los chicos antes que la droga, las armas, la orfandad, la violencia, el maltrato, es el objetivo que todos los clubes parroquiales comparten.
Y así el Club va dando una identidad común entre diferentes sectores y nacionalidades de los barrios. Le da nombre y viste de color a una comunidad que se identifica y lo vive como El club de mi barrio. Sus casacas y colores pintan de pasión y recorren las familias, las escuelas, la comunidad entera. El Club busca una integración urbana concreta en la salida permanente a diferentes clubes y barrios de igual a igual.

Son espacio donde los chicos no solo realizan una actividad deportiva, sino que también se sienten acompañados, escuchados, valorados y protegidos, son lugares que inspiran confianza y pertenencia,y la presencia de líderes positivos tiene un impacto de prevención social en la vida de los barrios que es inmedible.
El Club tiene la capacidad de alojar la vida de cada chico y acompañar todos los días su crianza con una propuesta de Vida; y queremos que sean ellos quienes también descubran sus propios talentos y habilidades, dándole sentido a sus vidas y recuperando la alegría de ser.

El Club de mi Barrio es un suplemento deportivo y cultural que viene junto con la Revista Comunicarnos, de la Comisión de Niñez Adolescencia del Arzobispado de Buenos Aires, y que nace desde la necesidad de tener como protagonistas a los cientos de niños y jóvenes que participan en los diferentes Clubes Parroquiales de las villas de la ciudad y el conurbano.